En el viaje de ida, Polit parecía que quería demostrarnos que todos los CV del mundo mundial estaban en su motor, con las olas del mar de fondo hacía saltar su lancha, que no es pequeña, a lo bestia, había que estar atento a las olas para amortiguar las caídas con las piernas flexionadas.
En la draga, porque fuimos a la draga, el mar de fondo nos molestó un poco. La visibilidad no era mala, pero tampoco buena. Nos colamos por todos los recovecos del pecio, con palada de rana para no levantar limo del fondo, los focos que llevábamos servían de bien poco, la luz que entraba por las rendijas era tan potente que los inutilizaba.
Antes de llegar al nivel de reserva de nuestras 10L, nos fuimos arriba, y a navegar hacia casa. Esta vez, el motor se vengó de Polit, saltaba una alarma acústica que identificamos como de nivel de aceite y tuvimos que volver hasta la Marina Real a punta de gas durante mas de una hora.
Yo, siempre haciendo el payaso. El amigo Guillermo, está en un nivel de forma increíble. El gran angular de la cámara hace que la lancha de J.A.Polit (con él abordo) parezca pequeña, pero no lo es.
