jueves, 12 de septiembre de 2013

NUEVAS GENERACIONES

Esta tarde de miércoles 12 de septiembre, poco después de comer fui al rompeolas de la Marina Real, muy cerca de la playa de Las Arenas, a nadar un rato. Por supuesto con gafas de buceo y snorkel. Me di cuenta que había en las rocas un pequeño de unos doce años, que inmóvil no perdía detalle de mis movimientos. Cuando decidí terminar con el ejercicio, al trepar por las rocas, el niño se dirigió a mi y con hilito de voz y gestos (no hablaba español, era un inmigrante del Este), me pidió probar mis gafas de buceo. Accedí gustoso, y el niño estuvo buceando un rato. No hizo falta explicarle como se usaba el tubo. Antes de irme, fui al coche cogí unas gafas que ya no usaba, las ajusté al tamaño de su cabeza, y se las regalé. Estoy completamente seguro que ese niño, será un buceador, de los buenos, de los de siempre, de los que hay pocos.

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